martes, 13 de octubre de 2009

LA VERGÜENZA POLÍTICA


DESDE MI POSTIGO (2005/2009)
Boletín sobre economía, política y social
C.P. Víctor M. Castillo Vargas
Octubre 04 del 2009

LA VERGÜENZA POLÍTICA
Contenido: Nos merecemos esto y más.

Miren ustedes, lo sucedido en estos días recientes tanto en la “H” Cámara de Diputados, con motivo de las comparecencias para “discutir” los pormenores de ciertos nombramientos o temas relacionados con el Plan Económico para el 2010; y el show Iztapalapa bajo la actuación, dirección y producción del “Salvador de México”; no es producto de la casualidad, ni exclusivo de este siniestro personaje. El PRI tiene su propio Plan “B” para justificar sus “sanas” intenciones de retornar al poder y con él, reinstaurar su ya perfeccionada dictadura política. Y esto como podrán observar, es lo que nos mantiene “disfrutando” de los mejores espectáculos del momento. Pero por lo mismo, lejos de corregir el rumbo torcido de la nación, día a día se agrava más.
Es cierto, hay quienes se ocupan y preocupan de la indiferencia con que vemos las cosas y de vez en cuando sale publicada alguna reflexión al respecto; pero hasta ahí. Y aquí les va mi particular punto de vista:
Si hacemos un recuento de las maravillas naturales que con facilidad encontramos en nuestro México, y además recordamos que a lo largo de nuestra historia encontramos mexicanos que han puesto muy en alto la capacidad intelectual, académica, política, y científica, a través de los casi doscientos años de iniciada la gesta heroica de nuestra independencia de España, y casi cien de la Revolución social que nos marcó el rumbo constitucional que hoy nos tiene entrampados; fácilmente podemos deducir qué es lo que nos pasa para estar como estamos y sin visos de poder remodelar nuestro destino.
La historia no se equivoca aunque contenga muchas facetas mezcladas de imaginación para hacernos más o menos conscientes del país que hemos construido, porque a no dudarlo necesitamos héroes que nutran nuestro amor por la patria que nos correspondió forjar. Pero no podemos vivir del pasado, ni del bueno ni del malo; tenemos que vivir el presente desechando lo que nos ha hecho daño y peor aún lo que nos tiene atados al sub desarrollo comparados con otros países que han sabido superar sus deficiencias históricas. Entonces, más que regocijarnos de aquellos mexicanos que legítimamente nos llenan de orgullo, debemos reflexionar sobre nuestras realidades. Pues sólo así, nos pondremos en el camino del cambio.
No podemos ignorar que existen doctrinas de todo tipo: Filosofía china, diferente a la filosofía occidental. Confucio. Taoísmo. Budismo. Filosofía hindú. Brahmanismo. Filosofía clásica griega. Filósofos de la Antigua Grecia. Sofistas. Protágoras. Presocráticos. Sócrates. Platón, etcétera, etcétera. Y teorías económicas a escoger que se centran en temas como la moneda, el comercio internacional y la producción de bienes. Más adelante se introdujeron nuevos temas como el ciclo económico, la teoría del equilibrio, la inflación, el ahorro, la inversión interna y externa y otros aspectos macroeconómicos. ¿Y qué con esto? Que andamos extraviados, a pesar de que estemos en plena etapa de debatir cualquier cosa. ¿Por qué? Porque estamos influenciados de todo esto es sus respectivas modalidades y épocas de aplicación; pero lo peor es escuchar posicionamientos sobre lo social y lo liberal de aquellos políticos que toman estos modelos económicos financieros, para llevar agua a sus respectivos molinos, con lo que ciertamente tienen confundidos a millones de mexicanos.
¿Por qué la confusión? Es una cuestión atávica; ciertamente los mexicanos tenemos nuestra propia idiosincrasia forjada a lo largo y ancho de nuestra historia prehispánica, colonial, y supuestamente independiente y personalizada, que sin duda nos afecta al arrastrar las condiciones de vasallaje que muy “inteligentemente” nos han enseñado a conservar para así mantenernos fácilmente manipulables. Y lo peor, es que no queramos darnos cuenta de ello. Y de eso se vale la política pervertida por intereses que nada tienen que ver con los intereses nacionales, sino con el de los políticos empeñados en competir para lograr el poder, incluso tras el trono.
Bueno, pues todo este rollo, no tiene otra intención que intentar ubicarnos en la realidad de la época que le está tocando vivir a nuestra niñez, juventud, y población adulta; incluyendo el “triunfo” de la igualdad de género. La culpa, entonces, de encontrarnos en una crisis económica financiera y política, y no encontrar la puerta de salida no es falta de inteligencia del gobierno en turno, sino de las distracciones que nos receta la clase política empeñada en entretenernos de espectáculo en espectáculo. Y si no ¿cómo podemos llamarle a lo que la televisión de ha encargado de difundir en vivo y a todo color? Pues en estricto castellano; traición a la patria y claro, a los mexicanos.
Cómo sacudirnos esta pesada carga o mejor aún, para no herir susceptibilidades; ¿cómo aprovechar nuestro intelecto derivado de experiencias históricas y del momento actual en materia de sometimiento político; para pasar a la etapa de cambiar de raíz lo que nos tiene sumidos en la contemplación? Pues decidirnos a actuar en vez de ser espectadores.
El caso “Juanito”, si no lo digerimos cual debe ser, estaremos riéndonos del Show AMLO/PT/Brugada/ PRD/y un Juanito manipulado hasta hacerle perder la razón. ¿Y qué decir de los diputados “de la oposición” en franca muestra de estupidez política? Los senadores no se quedan atrás; debaten quizás con un poco más de madurez, porque hacen aparecer sus argumentos con cierta lógica y sustento legal; pero la intención es la misma: confundir. Así es que ante este negro panorama no cabe más que confirmar que estamos más que fregados.
Y para colmo de males, el señor presidente Calderón, sin rubor alguno anuncia ante cámaras y micrófonos que en este año se han añadido 6 millones más de mexicanos en pobreza alimentaria; y su esposa ante el reclamo social sobre la delincuencia organizada, dice: “ya es hora de escuchar”. ¡Vaya pues! Nos faltaba una estocada con puntilla de oro…pel.
Ahora bien, ¿cómo actuar, si organizaciones en pie de lucha ya hay bastantes sin lograr otra cosa que concentraciones de protesta pasajera y espacios en los medios de comunicación? He aquí el problema: primero porque estamos acostumbrados a enterarnos de las noticias y si acaso, comentarlas con los amigos; pero sin preguntarnos qué podemos hacer ante tanta estulticia política. Consecuencia: esperar las fechas de elecciones para votar comúnmente por inercia o por el canto de las sirenas interesados en obtener un puesto de elección popular; sin importarnos en el comportamiento de éstos una vez lograda su intención.
Segundo y último: esperar a que otros tomen la iniciativa para protestar o exigir atención. Consecuencia: no participación activa, ni siquiera para difundir una opinión, en vez o además de enviar videos con mensajes diversos de conducta, ilustrados con espléndidas fotos de paisajes, por ejemplo. Es decir, tenemos contactos; pero no sabemos aprovecharlos para emitir una opinión o una propuesta.
Conclusión: ¿Seguir como estamos?

FIN

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